Buenos
días, señoría
estoy
aquí para juzgarme.
Con su
venia si ha desayunado
comencemos
cuanto antes.
Me
declaro improcedente
yo no
tengo ideología.
Si su
juicio es un examen
me
declaro en rebeldía.
Soy
autor de los hechos
que
aún no he cometido,
en su
bandera me he cagado
y en
su patria escupido.
Con
poemas despotricado
contra
sus queridos ministros
y
contra su presidente
también
he arremetido.
A
banqueros he robado
y a
curas he mentido.
A ver
quién es el guapo
que
condena tales hitos.
Yo no
quiero justicia
solo
pido libertad
y
ante todas las fronteras
la
mía es la libertad.
El
día de la sentencia
no
fue un día reseñable.
El
diagnóstico final:
soy
el único culpable.
1 comentario:
Me gusta, tiene un carácter provocador.
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