Hoy
podría hablar
sobre
la fragilidad del tiempo,
su
costumbre, su espesor,
la
duración de un momento
y su
grado de flotabilidad,
el
regreso sobre sus pasos,
las
zancadas de un suspiro
o su
grosor, alto y ancho.
La
exactitud en la tolerancia,
decimales
que lo hacen indefinido
o en
el error de medición.
Pero
prefiero parar a mirarte,
que
poco a poco se haga infinito
mientras
aguanto la respiración.
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